Historia de Nataly 1era parte

Habían pasado tan solo cuatro años, era muy poco tiempo y aun era doloroso, oh si, muy doloroso, pero… pero algo, o más bien, alguien, había amortiguado la caída, por así decirlo.             Hayley, un pequeño ángel risueño.

-         - Hija, lleva a tu hermana  a la escuela, por favor – musito mi madre con la mirada perdida en los huegos infantiles del patio trasero.
-         - Si, mama. Vamos, Hayley – me levante del desayunador y ayude a Hayley con la mochila mientras nos encaminábamos a la salida.

Todos los días sin excepción se sentaba de cara al patio y observaba como pasaba la mañana, no tenía ni idea de qué diablos pensaba.

Al año de lo ocurrido con Aiden, mama aun no se reponía y seguía en cama dormida todo el día, sin convivir col la gente, con el mundo; papa se había enfadado y decidió marcharse y tal vez no regresar no nos dijo donde estaba ni nada; entonces mama se sintió enferma y se alegro , era extraño pues se alegraba de que estuviera enferma tal vez pensaba que si su enfermedad era muy grave  ella no podría componerse y moriría, era muy egoísta pensar así pues me dejaría sola y a papa también , aunque no me dejara completamente sola pero no era lo mismo yo ocuparía siempre a una mama que me apoyara. Pero al ir al doctor descubrió que sería imposible morir, era inhumano, no solo moriría ella sino el ser que llevaba en su vientre.
Entonces Hayley  nació y papa regreso para después marcharse, pero esta vez nos revelo su paradero, lo visitaba cada dos días, en ocasiones pasaba ahí el fin de semana y cuando Hayley dejo de llorar por la noche, también formo parte de los clásicos fines de semana con papa.
Pasaron cuatro años y mama dejo de perder el mirando por la ventana, y seguía con su rutina. Salí de mi trance al ver a mama incorporarse, me apuro, pues se nos hacia tarde.

-Ten cuidado, Lucelli - mama me miro a los ojos.
- Sí, mama lo tendré- le di la confianza necesaria para que nos dejara partir.

Tenía apenas una semana con mi licencia de conducir, pues tenía una semana  de aprender completamente a hacerlo.
Tome las llaves del auto y lo aborde junto con mi hermana. De camino al instituto Hayley localizo su estación de radio favorita y canto sin cesar.
-¿Lucelli?- pregunto al acabarse una canción.
-¿Sí? ¿Qué pasa?- conteste
-¿Quién es el niño?- jugueteo con la cadena que colgaba de su cuello
Por un momento, casi freno el auto de golpe.
- ¿Qué niño?- no espero mucho en contestar, y la verdad era que yo no tenía mucha interrogante en ese tema pues sabía bien a quien se refería.
-  Ay, Lu ¿no me digas que no lo has visto?- contesto muy sorprendida- el niño que está en la habitación de mama, todas las noches habla con él.

Oh no, tendría que decírselo; sería muy fuerte , pues dadas las circunstancias tendría que ser yo la que le revelara aquello, y valla que no había pensado mucho en eso, es más, no había pensado en lo absoluto el tener que decírselo. De pronto comencé a pensar opciones las cuales podría justificar mí falta de respuestas, y pude encontrar una la cual me fue algo convincente.
-          Mmm, porque no se lo preguntas a mama tal vez ella te l diga
-          Si si, mira ya se lo pregunte – respondió tranquila mientras yo intentaba prestar atención a la carretera para evitar salir del camino.
-          ¿co-como?-vacile
-          Pues es que me dijo quien era y espero la misma respuesta de parte tuya por qué crees que te lo pregunto- respondió mientras jugaba con la cadena que colgaba de su cuello.
-          Oh… - murmure por lo bajo-es… - carraspee-tu… mmm hermano-sabía que no debía tener nervios o miedo acerca de eso pero algo en la voz de Hayley me hizo sentirlo.

Murmuro otra cosa pero no pude descifrar que había sido, parecía algo ´parecido a un “lo sabía”. El resto del camino fue tranquilo, tanto mi hermana como yo guardamos silencio, dejando que el ruido de la calefacción y la radio inundaran en una sola sintonía el resto del automóvil.
Al llegar a su escuela, Hayley lanzo un grito despavorido en dirección a su mochila. Me volví y la mire sus ojos abiertos completamente miraban el interior de su bolsa, algo en mi interior predecía que esa mirada mostraba que pronto se pondría a hacer algún puchero.
-          -¿Qué pasa? – coloque que una de mis manos mientras la otra maniobraba con el volante para poder aparcar el auto.
-         - Mi muñeca, la olvide en casa- argumento más tranquila pero triste.
-          -Por Dios, Hayley, es una tontería- me tranquilice y a la vez sonreí por el escándalo que había hecho sin ningún motivo.
-          No es una tontería, es muy importante para mí- al parecer había herido sus sentimientos y la había hecho enfadar.
Salí del auto y abrí la puerta trasera para sacar mi abrigo, cuando al levantarlo salió volando una muñeca con un vestido azul y una banda rosa en el cabello.
-          ¡Mi muñeca!- grito realmente alegre
Cerré la puerta y con los ojos abiertos como platos y boquiabierta mire a Hayley con su muñeca a quien regañaba por darle un gran susto. Mientras caminaba con mi hermana hacia su sala no dejaba de pensar en cómo rayos había llegado esa muñeca ahí, tan cuidadosamente envuelta en mi abrigo como si alguien la hubiera acomodado teniendo en cuenta que al jalar mi abrigo automáticamente el juguete saltara. No había explicación alguna para ese hecho y al parecer hayley no le interesaba, precisamente había visto aquel objeto en la habitación de mi hermana. Deje a la pequeña en su aula y con un simple”nos vemos” me dirigí al auto aun tratando de procesar la información.
Hayley era una pequeña dulce y tierna muy niña, de hacho, pero otra parte de ella reclamaba el querer ser grande y hacia que en ocasiones se comportaba como una, como sucedió apenas hace unos minutos cuando me cuestiono acerca de mí…, bueno, nuestro difunto hermano. Era una niña única y la verdad me sentía muy agradecida de que ese ángel hubiera llegado a la familia en un momento difícil en el que perdimos a dos miembros, mi hermano y mi padre.   La idea de que Hayley fuera un ángel no agradaba a mi madre pues no creía mucho en ese tipo de cosas, y ahora que lo menciono, ni yo creía en esas cosas y aun así me aferraba a esa idea.
Cuando entre a la universidad papa me ofreció mudarme con él, pues estaría más cerca del instituto, esa idea me era agradable y mucho mas a él pero mi madre de Hayley me necesitaban, por lo que rechace la oferta y me quede en casa, claro que tendría que sacrificar algunas cosas como el levantarme más temprano y tal vez hasta dejar de desayunar ahí pero el beneficio que obtendría seria muchísimo mejor que eso.
Para la desgracia de mi familia vivíamos en un pueblo donde las noticias grandes eran la novedad y nadie, absolutamente, nadie en la pequeña ciudad las desconocía; por obviedad todos nos conocían, así que al entrar a la universidad hubo gente que me miraba con lastima. Los primeros días de escuela fueron tranquilos pues nadie me reconocía; , ya que, había cambiado mucho desde la muerte de Aiden, había crecido y bajado un poco de peso , también mis rasgos eran más los de una joven-mujer que los de una adolescente; pero a la segunda semana la gente murmuraba por los pasillos cosas acerca de mi o de m i hermana pues se decía que era una sustituto de Aiden que mis padres la habían concebido con el fin de llenar un espacio, no me importaban sus comentarios aunque mi madre insistió en que fuera con alguien que me ayudara a superarlo ,como un psicólogo. 
Faltaba poco para a casa, podía ver su alta estructura desde donde me encontraba. Las ansias me comían viva y no sabía porque, tan solo quería llegar a casa y después a la escuela.                                   Llegue a casa sabiendo que solo tenía una hora para salir de casa y media para llegar al instituto.
Cuando cruce el umbral una brisa fresca me agito los cabellos la cual traía un delicioso aroma a panqueques y tocino; definitivamente me quedaría a desayunar en casa y sin esperar a que mama terminara de hacer el desayuno tome un plato y se plante a su lado para recibir mi ración, después fui al desayunador y me senté lista para deleitar mi comida. Termine de desayunar rápidamente pues se me hacia tarde y mientras me preparaba para la escuela le comente a mama la charla que había tenido con Hayley hacia unos minutos, mama me afirmo que había sido ella quien selo había dicho, no me sorprendí mucho pero aun así me sentía demasiado aturdida con todo lo que había pasado esa mañana.
El camino al campus era muy aburrido, no había ningún paisaje el cual admirar tan solo había maleza y alguno que otro árbol, y con un cielo nublado, lo único que me agradaba de la mañana era esa combinación de colores tristes y apagados que se dibujaban arriba de mi cabeza.
Llegue a la escuela y estacione el auto algo lejos por lo que tendría que caminar, cosa que me parecía bien, últimamente no me había ejercitado lo necesario.                                                               Al bajar del coche observe como otro se estacionaba al costado izquierdo del mío, de él salió una chica blanca y alta de cabello castaño y ondulado recogido en una coleta. Ariam, mi mejor amiga.
-          -¡LU! - grito sonriendo.
-        -  Hola – salude.
-         - Hola – contesto cuando llego a mi lado.
Nos dirigimos juntas a la entrada mientras hablábamos.
-          Tengo tanto que contarte – comento muy emocionada.
Yo tan sólo sonreí.
Siempre hacia lo mismo, tenía tantas cosas que contarme siempre, y yo solamente escuchaba y asentía o si me pedía mi opinión se la daba. Nuestra amistad era muy unida, a veces peleábamos pero de alguna u otra forma arreglamos el malentendido o aceptábamos el error que ella o yo habíamos cometido. Jamás me llamaba por mi nombre completo, solo lo hacía cuando se enfadaba demasiado.
De mis demás “amigos” de la secundaria ella y algunos pocos mas habían seguido en contacto conmigo y con los demás.  Ariam era uno de mis dos amigos la cual había coincidido al elegir la universidad.
Éramos parecidas pero no totalmente, nuestros gustos coincidían pero variaban; en lo que si nos parecíamos casi completamente era en la estructura de nuestras familias, a ella la había abandonado su madre y a mi mi padre, ella tenía un hermano menor, de la edad de Hayley, y yo tenía una hermana, pero la diferencia era que mi familia había tenido una razón para haberse dispersado y la de ella no, y fue la pérdida de un hijo y hermano muy querido por todos y cada uno de nosotros, incluyendo a Hayley quien lo conocía por medio de las historias de mi madre. Al final esa pérdida hizo que nuestra amistad se fortaleciera.
Después de que Ariam me contara todas sus aventuras me despedí para ir a la primera clase.                     Dentro del aula todo era lo sismo, siempre me hacia sentir bien el ir a la escuela, pues me olvidaba de todas mis preocupaciones.
Al salir de clase mi bolsa comenzó a sacudirse, saque el móvil y conteste.
-          -¿Hola? – salude al teléfono
-          -¡Lu! – exclamo Luna - ¡Por Dios, que bueno que contestaste crei que estabas en clase!
-          -No, aun no entro…
-       -   Está bien, está bien, tengo que decirte algo – dijo muy apurada.
-       -   Dime ¿Qué es? – la presione.
-         - Pues, lo que pasa es que… Angielique hará una fiesta para Louis- claro, su novio- y pues… quiero que vallas, por favor, ve - suplico
-          ¿y qué dijo ella?- silencio- ¿me invito, siquiera?- mas silencio – no me invito ¿cierto? No puedo aparecer ahí sino tengo una invitación o si no quiere que vaya.
-         - Pero… angie estará con Louis y Gina y no me prestara atención, y debo ir porque… Dios, será la fiesta más genial de este pueblo, por favor dime que iras, por favor, o aunque sea que lo pensaras, ¿sí?, por favor, por favor, por favor…-suplico de nuevo
-        -  Está bien, pero…¿Cuándo es?- pregunte
-          -Mmm, el viernes- contesto dudosa.
-          ¿pasado mañana?- no estaba tan segura de poder asistir.
-          -Si ,¿Por qué ?...ohhh ya entendí-

Si, seguro que ya lo había entendido, pues todos los viernes salía con Hayley, al parque, al cine o simplemente nos quedábamos en casa a ver alguna película o a cocinar, la única cosa en la concordábamos.

-         - Mmm, ¿y no podrías hacer una excepción?- sonaba de verdad muy convincente.
-          Veré que puedo hacer, te aviso mañana- murmure rápido pues ya habían tocado el timbre.
-          Esta bien, hasta mañana- pude notar que detrás del teléfono sonreía. Y colgó.
Entre a la siguiente clase , donde no estaba con A          riam.
A la hora de almorzar le comente a Ariam acerca de la fiesta de Louis pero se negó a ir; la verdad era que Ariam no se llevaba nada bien con Luna y Angie.
En la cafetería se nos unió Joseph, quien si quiso ir aunque no hubiera sido invitado.
Joseph era uno de los amigos que había ingresado apenas hacia un semestre, era nuestro mejor amigo y como todo amigo nos peleábamos pero nos queríamos, eramos tres hermanos que se querían, protegían y cuidaban mutuamente.
En todo el campus no tenia mejores amigos que ellos, eran mi vida, era divertido salir o quedarnos en casa a ver alguna película, era muy divertido… podría decir que lo extrañaría…

El resto del día transcurrió sin ningún imprevisto.
Al salir de la escuela Anguelique me llama e hizo una invitación oficial a la fiesta que ofrecería a su novio; la verdad era que con eso me sentía más cómoda. No le mencione que ya había sido invitada antes pues no quería causarle problemas a Luna aunque probablemente en este momento si los tendría.
Saliendo, completamente, del campus pase por unos panque, los preferidos de Hayley, y fui a casa.
Llegando a casa, Hayley tenia una invitada, su mejor amiga, Eleonor, por lo que no pude darle su presente, era consciente de que sonaba egoísta pero era un detalle muy especial como para compartirlo con una extraña.
En cuanto Eleonor estuvo fuera de casa, llame a Hayley a la cocina donde con una mano detrás de la espalda le dije que tenía una sorpresa, sus ojitos verdes brillaron y mostro una mueca bastante parecida a una sonrisa, después saque lentamente la mano de mi escondite la caja , perfectamente decorada, en la que venían los panque; los ojos de mi hermana brillaron aun mas y su fea mueca se convirtió en una resplandeciente sonrisa, dio brinquitos hasta que al fin pudo alcanzar uno de los panque y se lo metió en su pequeña boca, mama la reprendió pues el bocado era demasiado. Yo tome la mitad de uno con nuez y le di la otra mitad a mama quien lo pudo probar ya que había limpiado la sala de estar.
La política en casa era, no comer el postre antes de la cena pero hoy mama hizo una excepción. Al terminar de cenar subí a mi habitación y como ya había hecho la tarea, me recosté en la cama y coloque el ordenador portátil en mis piernas, lo abri y comencé a navegar en internet sin un destino fijo. Dep´ronto en el chat de una de las paginas en la que estaba subscrita alguien escribió:
-         - Hola, linda.
Asustada respondi.
-          -¿Quién diablos eres?- talves quien quiera que me estuviera escribiendo pensaría que tenia muy mala actitud.
-         - Tu admirador secreto.

Sonriendo  asentí, si, seguro era alguna tonta broma de los chicos de la universidad.

-          -Aja,enserio, se que es una broma asi que dime quien eres.
-          -Te ame desde el momento en el que te vi- meignoro y siguió escribiendo como si no hubierea dicho nada.
-         
Comencé a escribir algo pero el me gano.

-          Pienso en ti todos los días, eres mi sueño, mi angel, ya te he visto antes pero estoy seguro de que tu no me viste, as cambiado mucho ¿eh?, ahora te ves aun mas linda – la pantalla se quedo sin que nadie escribiera algo en un rato , después comenzó a escribir de nuevo.
-         
-          -Eh sentido tanto dolorsin ti , que me es difícil seguir viviendo- me había quedado muy quieta con los ojos abiertos como platos y podía ver en el espejo de la puerta de mi habitación lo palida que estaba- nos conoceremos pronto, muy pronto, lo prometo.
-         - ¡¿QUIEN DIABLOS ERES?! CONTESTAME DE UNA MALDITA VEZ, SI INTENTAS ASUSTARME LO HAS LOGRADO, ENSERIO- escribí realmente agitada y molesta.
-          -No te alteres, amor, yo te cuidare muy bien, nadie podrá hacerte daño… te arrepentirás de haberme conocido, TE AMO-
-         
Y de pronto el chico dejo la conversación.